En
esta entrada se analizará el enfoque inductivo o deductivo de cuatro
investigaciones científicas.
En
esta noticia se habla del veneno de las serpientes, de su evolución y si se
desarrolló como mecanismo de defensa o como herramienta para dominar y matar a
sus presas.
El
estudio consistió en una encuesta realizada a 400 personas que trabajan o están
en contacto con reptiles (herpetólogos, criadores y trabajadores en el campo).
Los datos obtenidos fueron:
●
El 14,55% experimentó un dolor
molesto a los 5 minutos de sufrir la mordedura.
●
Un 30,82% lo hizo pasado los 5
minutos.
●
El 54,62% declaró que nunca
experimentó un dolor lo suficientemente fuerte como para dejar de trabajar o
hacer otras actividades.
A
partir de estos datos los investigadores concluyen que el veneno no ha evolucionado con un propósito
defensivo primario. Si realmente el veneno hubiera evolucionado como
mecanismo defensivo debería ser lo suficientemente doloroso para disuadir a los
depredadores y, de esa manera, generar una oportunidad para que la serpiente
pudiera escapar.
La
información para el estudio se obtuvo a partir de la experiencia de 400
individuos. A partir de ellos concluyen que el veneno evolucionó como mecanismo
para que las serpientes maten a sus presas y puedan alimentarse. En este caso
se trata de ciencia inductiva.
Investigadores
españoles han desarrollado un simulador informático que reproduce la difusión
del virus COVID-19 en Europa. En el caso de España, a día 3 de abril los casos
confirmados rondaban los 117000. Sin embargo, según el simulador informático el
número de casos reales supera los tres millones.
Esta
nueva herramienta, llamada EpiGraph, permite analizar la propagación del virus,
modelar la curva de evolución de la enfermedad y realizar una predicción de
cómo puede evolucionar en función de las restricciones y medidas de aislamiento
impuestas. Tiene en cuenta factores climáticos y meteorológicos, las
características de diferentes grupos sociales y los distintos entornos.
El
simulador funciona a partir de datos previos que sirven para generar un modelo.
Desde lo particular a lo general. En ese sentido se trata ciencia inductiva.
Por otra parte, una vez obtenida la herramienta, realiza una predicción de la
situación en España. Este proceso se podría considerar deductivo, sin embargo,
en la actualidad no se dispone de medios para validar dicha predicción.
Investigadores
del Salk Institute for Biological Studies de California han descubierto en
ratas que la restricción calórica previene los efectos negativos del
envejecimiento de las células.
En
la investigación se comparan ratas con una ingesta calórica 30% inferior al de
otras con dietas normales. El estudio analizaba ratas desde los 18 meses hasta
los 27. En total, se analizaron 168703 células de 40 tipos de 56 ratas.
Observaron que el 57% de los cambios relacionados con la edad en la composición
de las células en las ratas con dieta normal no se producían en aquellas con la
dieta restringida en calorías.
De
nuevo se trata se trata de un estudio que sigue una metodología inductiva.
Investigadores
de la Universidad de California San Francisco (UCSF) han desarrollado un método
para detectar el Alzheimer en personas con síntomas de demencia. Mediante un
simple análisis de sangre pueden detectar la acumulación de ptau181, una
proteína que sirve como biomarcador que indica cambios en el cerebro como
consecuencia del Alzheimer.
En
el estudio se han analizado muestras de sangre de 400 personas. Los
investigadores han descubierto que la concentración de ptau181 es 3,5 veces
superior en las personas que sufren la enfermedad comparado con sus pares
sanos.
De
nuevo, la información para el estudio se obtuvo a partir de las muestras de
sangre de 400 individuos. Una vez analizadas se llegó a la conclusión de que la
concentración de ptau181 es 3,5 veces mayor en las personas con la enfemedad.
En este caso se trata de ciencia inductiva.
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