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Formación de un átomo de hierro


Todo empieza con una singularidad que hace 13800 millones de años comenzó a expandirse, generando la materia, la energía, el espacio y el tiempo. Con la expansión comenzó a disminuir la temperatura y aparecieron las cuatro fuerzas fundamentales que rigen el universo: la gravitatoria, la nuclear fuerte, la electromagnética y la nuclear débil. Debido a las condiciones tan elevadas de presión y temperatura, la materia consistía en un plasma de quarks, gluones y electrones. La temperatura siguió disminuyendo, posibilitando las agrupaciones de quarks para formar protones y neutrones. A partir de entonces se formaron núcleos atómicos de los elementos más básicos, un 75% de hidrógeno y un 25% de helio.

Hubo que esperar 380000 años hasta que la temperatura disminuyera lo suficiente para que se diesen las condiciones en las que los electrones y los núcleos pudieran formar átomos estables y eléctricamente neutros. Millones de años después, la gravedad los comenzó a agrupar. En zonas de gran densidad, dadas las condiciones de alta presión y temperatura, estos átomos vuelven a convertirse en plasma, posibilitando reacciones nucleares de fusión. Este proceso tiene lugar en las estrellas.

La atracción gravitatoria hace que las estrellas tienden a contraerse, pero al mismo tiempo las reacciones nucleares que tienen lugar en su núcleo tienden a expandirla. De esta forma se produce un equilibrio que la estabiliza. Sin embargo, cuando la estrella envejece y se agota el hidrógeno (combustible para las reacciones de fusión), la energía generada por las reacciones disminuye y la estrella comienza a contraerse. Esto hace que la temperatura en su núcleo aumente y que la estrella empiece a utilizar el helio como combustible produciendo carbono. En ese momento la estrella vuelve a alcanzar un equilibrio.

Cuando el helio empieza a escasear se vuelve a producir una contracción y un aumento de temperatura en el núcleo. Cuando la temperatura alcanza 3·10^8K los átomos de carbono se unen a los de helio formando oxígeno. De nuevo, la estrella alcanza el equilibrio y se inicia el proceso. Cuando el combustible del núcleo se agota, el nuevo elemento empieza a quemarse formando elementos cada vez más pesados.

El último elemento que se puede generar es el hierro. A partir de su formación las reacciones nucleares se vuelven endotérmicas, es decir, que requieren energía para poder producirse. Por ese motivo, la reacción en cadena se detiene en el hierro.
En el caso del Sistema Solar, se formó hace 4650 millones de años a partir de la contracción de una nube de gas y polvo. En el centro se acumuló la mayor parte de la materia. La presión era tan elevada que empezaron a producirse reacciones de fusión nuclear de hidrógeno a helio. Ése fue el proceso de formación del sol. En otras zonas también se produjeron acumulaciones de materia que dió lugar a los planetas.

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