La Wi-Fi es un sistema de
comunicación sin cables que se transmite por ondas electromagnéticas con una
frecuencia del orden de los gigahercios.
Comparémosla con otras
ondas electromagnéticas como los rayos UVA de la luz del Sol o los rayos X.
Estas ondas se encuentran en la zona del ultravioleta en el espectro
electromagnético. Eso quiere decir que tienen energías altas, en algunos casos
pudiendo interaccionar con tejidos y órganos de nuestro cuerpo y causar efectos
dañinos:son las llamadas radiaciones ionizantes. Sabemos que debemos
protegernos con crema solar antes de exponernos y quien se ha hecho alguna vez
una radiografía recordará las medidas que se toman para evitar daños. ¿Qué
ocurre con las frecuencias con las que trabaja la Wi-Fi? Éstas se encuentran
por debajo del infrarrojo y, por tanto, tienen energías bajas. Lo mismo que
ocurre con las ondas de radio FM, televisión o telefonía móvil, en este caso
encontrándose en rangos de los 30-300MHz, unas 10-100 veces menor que las ondas
Wi-Fi. En estos rangos de frecuencia, se trata de energías no ionizantes,
siendo completamente inocuas para el ser humano. Dos cuestiones para finalizar.
- Sí, el Wi-Fi puede dificultar
el sueño, pero porque en lugar de dormir, una persona se puede pasar horas
delante de un dispositivo quitando horas de sueño.
- Si realmente fuera tan
perjudicial para la salud, ¿realmente se permitiría su uso de forma tan
extendida? En la sociedad de la globalización y la comunicación, ¿no
tendríamos a científicos críticos alertando de su uso?
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